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Semana Santa en las comunidades rarámuris

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Semana Santa es una época importante para varias religiones de todo el mundo. Esta fecha marca el inicio del luto, la reflexión y la liberación espiritual. Sin embargo, no sólo los estados católicos la celebran, algunos pueblos originarios de México también. Uno de estos pueblos son los Rarámuris, ubicados en Tewerichic, Chihuahua. Ellos en vez de llamar a esta celebración Semana Santa, la nombraron: Comonorirawachi.

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Cosmogonía identitaria

El Comonorirawachi es una ceremonia que acerca y construye el vínculo que tienen los hombres con Dios, para demostrar su respeto, se pintan de colores y alegría. La celebración tiene lugar en los múltiples templos que tienen distribuidos a través de sus localidades. El objetivo de llegar a ellas es cruzar al mundo tarahumara. Para después, pagar sus deudas con el más allá, y dar las gracias por lo conseguido con intervención cósmica.

El nombre de comonorirawachi en rarámuri significa “caminar en círculos”. Debido al recorrido circular que se realiza en las procesiones. Además, este círculo sagrado teje un hilo que conecta directamente al cielo. Su objetivo es defender y conectar la creencia y la fe en Dios. Por eso, en la Semana Santa rarámuri no hay espectadores, todos participan de esta batalla ceremonial.

Una lucha espiritual…

En este periodo, el destino del mundo pesa sobre la espalda de los tarahumaras que impiden al diablo posar sus intenciones sobre ella. De ser así, la destrucción del mundo sería un acto inminente. 

Durante la celebración, la comunidad se divide en dos clanes distintos. Fariseos y soldados, los primeros representan el diablo, y los segundos la defensa de Dios. A lo largo del tiempo, sus actividades implican ritos, danzas y misas que tienen como objetivo proteger a Dios en esta lucha contra el bien y el mal.

El despojo final

Los últimos días, el festejo esta llenó de luchas y enfrentamientos entre los dos clanes. Los sacerdotes católicos se mantienen al margen y toman su distancia, otorgando el respeto que cada creencia merece. El acto final, se trata de la quema de una imagen de judas hecho a base de paja y ramas. Al quemarlo, el se lleva las amenazas, el peligro, los miedos y los malos espíritus. Al finalizar el acto, todos se relajan y se preparan para el siguiente llamado de Dios

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