Un lugar inspirador que te lleva a Francia sin salir de México es el pueblo de San Rafael, en Veracruz.
Entre cultivos de plátano, naranja y limón y rodeado por el Río Filobobos está San Rafael. Ahí los atardeceres y amaneceres te remiten a una obra de arte. Pero además de la quietud que reina en el lugar, también hay lugares para la aventura. Ya sea en los rápidos del río o en la cascada del Encanto.
¿Te lo perdiste? “Sisal, puerto yucateco con historias de piratas y pacíficas playas”
Los primeros franceses en México
Este pueblo tiene aires franceses porque en el año 1833 llegaron los primeros pobladores de Francia. Algunos eran de Dijón (Champlitte), Borgoña, Alsacia, Saboya, etc.
Aquí llegaron en busca de mejores condiciones de vida y se asentaron en Jicaltepec, sitio que pertenece a San Rafael. Poco a poco, la comunidad francesa creció y trabajó arduamente en el cultivo de plátano, vainilla y los cítricos.
Esencia de Francia de San Rafael
Ir a San Rafael es viajar no sólo a Francia, sino también al pasado. Pues aprenderás un poco más sobre los primeros franceses que se quedaron en México.
Cada calle principal, casa, parque iglesias (como la de San Miguel Arcángel) tienen elementos que resaltan por su estilo francés. Al igual que sus hoteles y fincas, que conservan una decoración antigua. Y hasta en su comida, pues entre sus guisos y postres es evidente la fusión de las culturas mexicana y francesa.
Y para que conozcas más sobre la historia y cultura del pueblo, visita el Museo San Rafael. Ahí podrás ver utensilios y vestigios arqueológicos que se encontraron en los alrededores. Otro atractivo son sus monumentos, como El Quijote, la Torre del reloj y el Monumento al Cortador de Plátano.
Si quieres ir a San Rafael te recomendamos ir en verano, pues es época de fiestas y carnavales. Por ejemplo, en julio se festeja la fundación de la colonia francesa. Otra tradición importante del lugar se conoce como la “Entrega de la Banana”, que se lleva a cabo durante Semana Santa. Mientras que en octubre se celebra la fiesta patronal.
San Rafael nos demuestra que la riqueza que surge de la mezcla de culturas en nuestro país es infinita.