Sabor mexicano con un mole de olla vegetariano #UnDíaSinCarne

El mole de olla es uno de los platillos más cálidos y deliciosos que tiene nuestra gastronomía. Sólo que, a diferencia de otros caldos mexicanos, éste tiene un grado de complejidad que da sentido a la típica frase: “¡A darle que es mole de olla!”.

Pero si bien su preparación puede ser algo tardada y difícil, no deja de ser extremadamente delicioso. Además, este platillo goza de una historia milenaria que enaltece aún más, su inigualable sabor.

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¿Mole que no es mole?

Como sabrás, el mole de olla no tiene nada de mole, pues desde tiempos prehispánicos la palabra “mulli” hacía referencia a las salsas en general. Éstas, eran elaboradas con chiles, vegetales y otras semillas que potenciaban de manera constante las texturas.

Pero a la llegada de los españoles, el “mole” se reservó a un tipo de salsas muy específicas, que tenían un espesor, sabor y aglutinamiento particular. Este tipo de mole, es el que conocemos actualmente.

Entonces, es curioso que se le llame “mole de olla” a un manjar que no tiene las características antes descritas y que, además, integra otros productos como la verdura. Según investigaciones, se cree que este nombre surgió durante la colonia, como resultado del mestizaje gastronómico que vivían las culturas.

Sabores que otorgan identidad

Si bien este platillo es bastante conocido en todo el país, se lo debemos a San Luis Potosí. Claro, que también es típico de la Ciudad de México y centro del país acompañado con su arroz y tortillas. Menos frecuente, pero también preferido, es el mole de olla verde con tomate verde, chile jalapeño y serrano, elote, calabacitas, ejotes, garbanzos, epazote y flor de calabaza.

Como lo mencionamos anteriormente, se trata de un caldo elaborado con chiles secos, hierbas de olor, y verduras como calabaza, xoconostle, zanahoria, elote, ejote y papa. Su cocción es lenta y baja para que los vegetales queden completamente suaves al momento de servirlo.

Pero para que no te quedes sólo con el antojo, acá te dejamos una receta que además de nutritiva, le encantará a toda tu familia.

Ingredientes

6 chiles anchos (limpios y sin semillas)
½ cabeza de cebolla
1 diente de ajo picado finamente
2 litros de caldo de verduras
2 zanahorias cortadas en rodajas de más o menos 2 mm de espesor
1 taza de champiñones fileteados
¾ taza de chícharos
2 chayotes grande cortado en cubos
1 elote grande cortado en 4
120 g de ejotes cortados en pedazos de 1 cm de largo
2 calabazas cortadas en rodajas
2 papas partidas en 4
¾ taza de masa de maíz
1 rama de epazote (paico)
Sal y pimienta al gusto

Preparación

En una cacerola coloca 2 tazas de caldo, las cebollas, los chiles y el ajo, y deja cocer a fuego medio. Luego procesa muy bien para lograr una especie de salsa.

Mezcla la salsa con el resto del consomé de verduras. Coloca al fuego hasta que comience a hervir. Cuando esto suceda, agrega el elote. Deja cocer por 5 minutos y añade la zanahoria, el chayote y los chícharos, y deja hervir durante 5 minutos más. Por último, incorpora los ejotes.

Mezcla la masa de maíz con un poco de sal. Con ayuda de los dedos índice y pulgar, forma bolitas del tamaño de una albóndiga pequeña. Luego presiona al centro con uno de los dedos para formar una hendidura a manera de ombligo. Agrega dichas bolitas a la cacerola hirviendo.

Incorpora los champiñones, calabazas y epazote. Rectifica la sazón y deja cocer hasta que las verduras estén tiernas. Sirve en platos de sopa. Mejor si son de arcilla.

Algunos chefs sugieren acompañar esta deliciosa comida con rebanadas de aguacate y gotas de limón. Puedes prepararlo para cualquier ocasión especial, puesto que es un plato con el que te vas a lucir frente a tus invitados.

Sugerencia: Si quieres darle un toque más sabroso, es aconsejable saltear las verduras antes de agregarlas a la olla. Esto hará que los jugos naturales de éstas se intensifiquen dando como resultado un guiso mucho más sabroso.