Por Iván Santiago
La desesperación invade a los vecinos de las colonias Condesa y Roma Norte de la Ciudad de México, al ver que los edificios se han convertido en escombros o que sus amigos o familiares no han aparecido.
La ayuda sigue fluyendo; voluntarios siguen llegando y arman vallas para retirar los escombros de un edificio colapsando en la la calle Amsterdam, donde se busca a personas que pudieron haber quedado atrapadas.
Elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Federal siguen llegando para sumarse a las labores de personal de rescate, médicos, paramédicos, policías capitalinos y demás funcionarios que participan.
Los capitalinos siguen llegando con agua, materiales de curación, comida, palas y picos; todos con un mismo objetivo: trabajar más para encontrar personas vivas.
Hay cortes a la circulación en toda la zona, pues además hay fugas de gas que no se han podido controlar y que ponen en riesgo a los habitantes de esta colonia.
Los comercios están cerrados, los cajeros están sin servicio; casi todo está cerrado, ya que los empleados se han retirado por el miedo a que otro sismo pudiera registrarse, mientras que otros se fueron para reunirse con sus familiares.
En la Colonia Condesa hay edificios que sufrieron afectaciones menores, pero también hay algunos que con un temblor más podrían colapsar.
Ante ello los vecinos no han ingresado a los inmuebles y esperan en la calle.
Mucha tristeza se puede ver en esta colonia de la ciudad de México; niños y adultos lamentan lo que sucedió y la desesperación invade a todos los que esperan encontrar a sus familiares con quienes aún no se han comunicado.