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Rayo de Jalisco, su legado por siempre

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Algo característico que siempre nos distingue como país es nuestra rica cultura popular, en el mundial de fútbol Rusia 2018 veíamos a nuestros paisanos que siempre portaban penachos y sombreros de mariachi, los cuales valen exactamente lo mismo que la playera de campeón del mundo de un jugador francés y claro que no podían faltar las máscaras de luchador, las cuales siempre le metieron picardía a los festejos que celebrábamos en el Ángel de la Independencia.

Es común ir en familia los domingos a ver las luchas en la Arena México, de niños y ahora de jóvenes las disfrutamos con amigos o en pareja, todos las amamos por su increíble ambiente familiar que las caracteriza.

Grandes luchadores han dejado su legado, uno de ellos es el Rayo de Jalisco, perteneciente a la época dorada de la lucha libre. Debutó en 1950 a los 18 años como Mr. Misterio, en Tulancingo Hidalgo. En la Ciudad de México se convirtió en el Águila Negra. En 1954 lucho como Dr. Curtis, y en 1957 se presentó en Guadalajara como Tony Curtis, posteriormente se convertiría en el famoso Rayo de Jalisco, su debut oficial con este nombre fue en 1962.

Rayo de Jalisco

Foto: Especial

 

Se distinguía por su mascará negra en la que resaltaba un rayo blanco a media cara. En 1963 ya era reconocido como el mejor luchador al ser campeón de peso medio de la Alianza Nacional de Lucha Libre Profesional NWA.

En 1964 junto con el enmascarado de plata, El Santo, fue campeón nacional de parejas derrotando a los Espantos. En ese tiempo brindó grandes peleas que quedaron en la historia, entre ellas rapo a Chino Chow y desenmascaró a La Bestia, La mascara, Guerrero Negro, Mr. Sangre y los Hermanos Muerte.

El Rayo de Jalisco y El Santo

Foto: Especial

 

Debido a su fama, trascendió a la pantalla grande con películas como: ‘Superzam El Invencible’ (1971), ‘El Robo de las Momias de Guanajuato’ (1972), ‘Vuelven Los Campeones Justicieros’ (1972) y ‘El Triunfo de los Campeones Justicieros’ (1974).

Tuvo una carrera ejemplar, y parecía que su retiro iba a ser intachable, pero el 23 de julio de 1989 en un homenaje a Blue Demon, quien ya estaba retirado, El Rayo lo reto para disputarse máscara contra máscara una semana después en la Monumental del Monterrey, perdiendo la batalla y sacando a la luz su identidad como Máximo Linares Moreno, dando paso a su retiro de los cuadriláteros.

En 2013, el Consejo Mundial de Lucha Libre le brindó un homenaje en la Arena México, acompañado de su hijo Rayo de Jalisco Jr., y en 2014 formó parte del Salón de la fama de la AAA, que honra a lo mejor de la historia de la lucha libre mexicana.

Sin duda siempre será recordado como la gran leyenda que es.