Murió uno de los pintores más emblemáticos de nuestro país; el artista Rafael Coronel Arroyo. El pintor zacatecano falleció en su casa a la edad de 87 años y con su partida, no sólo dejó un vació interminable, sino un increíble legado artístico que sin duda permanecerá a través del tiempo.
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Una vida por contar…
Antes de iniciar su carrera como artista, Rafael estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México. Si bien al inicio no tenía ningún interés por el arte, ese tiempo le sirvió para despertar su pasión artística. Después de terminar su carrera y descubrir su nueva vocación entro a estudiar arte en la Escuela de Pintura y Escultura La Esmeralda.
En 1944 pintó su primer autorretrato y a sus 28 años de edad expuso por primera vez en Bellas Artes, recinto conocido por ser la sede oficial del arte mexicano. En esta fueron presentados más de 200 oleos. Y cinco décadas después volvió a este museo con su exposición; Retro Futura.
Orgullo mexicano artístico
A lo largo de su carrera participó en diversos concursos de artes plásticas en donde fue premiado y reconocido. En algunas de ellas fue galardonado con varios premios como en La Bienal de Tokio, la Condecoración Zacatecas 450 y el Premio Iberoamericano al Mérito de las Artes. En el año de 1956 se llevó a cabo su primera exposición independiente, y tuvo lugar en la Galería de Arte Mexicano. A partir de ese momento, su carrera como artista empezó a tomar fuerza.
Además de trabajar diversas técnicas al óleo, Rafael experimento con el arte mural y pintó dos para el Museo Nacional de Antropología. Su reconocimiento llego a ser internacional y llego a exponer en países como Sao Paulo, Brasil; Nueva York, Estados Unidos; Bruselas, Bélgica; Milán, Italia, así como en China y Chile.
En alguna de sus muchas entrevistas mencionó que:
“Para mí la pintura tiene siempre una cualidad femenina. Así como no hay dos mujeres iguales, tampoco existen dos lienzos con cualidades idénticas. Soy afortunado al poder compartir mi trabajo con las nuevas generaciones. La continuidad es lo que me ha llevado siempre a encontrarme a mí mismo”.
Una presencia inolvidable
Su vida personal fue igual de interesante pues contrajo matrimonio con Ruth Rivera Marín, hija de Diego Rivera. De ese matrimonio nació su único hijo Juan Coronel Rivera, quien dio el comunicado de la muerte de su padre el día de ayer.
Sin duda Rafael representó toda una tradición en la plástica mexicana, su diálogo plástico creó sentimientos y emociones que jamás nos imaginamos sentir. Su materia prima, la cotidianeidad siempre nos hablará de encuentros que relatan la historia y la naturaleza humana. Su vida se apagó, pero sus lienzos siempre la traerán de vuelta.