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¿Qué significan las piñatas navideñas?

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No cabe duda que romper piñatas es algo de lo más divertido que puede haber en la época navideñaya que no puede faltar una en cualquier posada. Éste popular juego posee un simbolismo muy marcado y una serie de elementos que representan diferentes aspectos de la religiosidad propia de las fiestas decembrinas, ¿Sabes cuáles son? Hoy, en Más México, te compartimos el significado de las piñatas navideñas:

La lucha del bien contra el mal

Romper una piñata, además de ser algo muy divertido, tiene un profundo sentido religioso: al romper una piñata, se está tratando de romper con la malicia, con las tentaciones y con todo el pecado que habita en cada uno de nosotros… ¡Pero tranquilo! Eso era lo que se creía en el siglo XVI, cuando las piñatas fueron traídas a México por los misioneros cristianos con el objetivo de enseñar el evangelio a los indígenas ¡Fue cuestión de tiempo antes de que le agarraran el gusto a moler a palos al mismísimo Satanás! ¿Quién iba a tener una oportunidad así?

Los siete picos

Aunque hoy encuentras piñatas de todos los tamaños y colores, con o sin picos, de personajes de caricatura o de cualquier cosa que te puedas imaginar, la verdadera y tradicional piñata navideña tiene siete picos. Cada uno de ellos representa un pecado capital ¿Si te los sabes verdad? ¡…Eso supuse! Acá te van: lujuria, envidia, pereza, gula, avaricia, soberbia e ira. Incluso se cree que lo colorido de las piñatas no es sino “la forma bonita” con la que el chamuco suele engatusar a sus víctimas. Todo esto es lo que se tiene que destruir cuando rompemos la piñata.

El palo

Sea la pata de una vieja mesa o el clásico palo de la escoba, todo sirve para pegarle a la piñata; pero su verdadero significado es el de la virtud divina, toda la bondad que puede existir en tus manos como herramienta para derrotar al mal.

Los ojos vendados

Si ya de por sí los maloras de tus primos te mueven el lazo para que no le atines, el reto aumenta porque, como sabes, hay que vendarse los ojos para romper la piñata. Esto representa la fe ciega en que Dios y la Iglesia guiarán tus acciones (¡Más bien tus golpes!) de manera adecuada en la lucha contra el mal.

La dulce recompensa

Hoy en día queremos romper la piñata sólo por los dulces ¿Quién no se ha divertido, revolcado y hasta llevado uno que otro raspón en esa batalla campal que se armaba cuando finalmente se rompía? Pero en realidad, esta lluvia de dulces y frutas (¡rara vez sobrevivían los pobrecitos tejocotes!) representa la recompensa con la que Dios manifiesta su gracia y su satisfacción con la derrota del maligno.

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