La temporada decembrina ha comenzado y miles de familias en México adornan sus hogares para recibir la Navidad y el Año Nuevo, en donde destacan algunos Pueblos Mágicos para comprar artesanías de temporada.
Clickbus recomienda visitar el Pueblo Mágico de Chignahuapan, en la sierra norte de Puebla, lugar reconocido en todo el mundo por sus esferas navideñas elaboradas de forma artesanal, a través de la técnica del vidrio soplado.
En esta localidad se pueden adquirir adornos en tiendas, el tianguis ambulante de temporada, o bien acudir directamente con los artesanos, quienes también permiten la entrada a sus talleres para conocer la elaboración de las esferas.
La plataforma de venta de boletos de autobús en línea señala que además, los visitantes pueden aprovechar el viaje y degustar barbacoa de hoyo, de un plato de conejo al chiltepín, entre otros platillos típicos de la región.
Al oriente de la Ciudad de México se localiza el municipio de Amecameca y el Bosque de los Árboles de Navidad, una reserva sustentable fundada en 1960 a las orillas del volcán Popocatépetl, en donde es posible elegir un árbol y cortarlo personalmente.
En un comunicado la empresa explica que los pinos se cortan de manera especial para dejar el tronco vivo y que pueda brotar una nueva planta de él, asimismo, se puede escoger entre un pino Vikingo o Douglas con precios desde 500 pesos.
Para adornar las faldas del árbol navideño y los nacimientos se puede ir a Santa Catarina Ixtepeji, Oaxaca, un pueblo que ofrece musgo, heno, piñas, cerrito verde, bromelias y pesebres de tronco, recolectados en el monte de forma sustentable para preservar el ecosistema.
Y como la sidra no puede faltar, Clickbus sugiere visitar Zacatlán, en el estado de Puebla, Pueblo Mágico en donde se puede adquirir esta bebida de primera calidad, además de refrescos, mermeladas y hasta salsas hechas con frutas de la región.
Cerca de ahí se ubica Tlalmanalco, en el Estado de México, en el que se pueden comprar adornos originales y ecológicos creados por los lugareños, quienes aprovechan los bosques alpinos que rodean la localidad para elaborar figuras de animales como renos, borregos y coronas, entre otros productos.