Las piñatas son uno de los elementos más coloridos, divertidos y misteriosos de las celebraciones navideñas. Su uso comenzó desde principios de la conquista española cuando los evangelizadores las usaban como herramienta para enseñanzas bíblicas.
Actualmente, son parte fundamental de las posadas mexicanas y las hay de todos colores, tamaños y formas. Encontramos desde la tradicional piñata de 7 picos, hasta algunas que alcanzan a medir los tres metros.
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Sin embargo, el lugar piñatero por antonomasia es Acolman, donde se dice que nació este bello y tradicional oficio.
Acolman es una palabra de origen náhuatl, que proviene de ocumáitl, aculli; “Hombre” y máitl, “mano o brazo”. Es decir: “Hombre con mano o brazo”. Según los investigadores, los monjes agustinos fueron los encargados de llevar la piñata a través de la artesanía indígena, quienes, en 1587 hicieron por primera vez una piñata.
Claro, que, a partir de ese momento, las piñatas tuvieron transformaciones graduales, principalmente en sus materiales de elaboración. El barro paso a ser cartón y el relleno se fue enriqueciendo con juguetes, dulces y regalos que las volvieron más atractivas.
“En la actualidad se utilizan las ollas de papel, ya que los compradores las buscan más. Ellos consideran que con las del barro los niños corren riesgo de lastimarse al tratar de romperlas”, explicó Ana Lilia Ortiz Zacarías, propietaria de un taller de piñatas.
En Acolman se mantienen vivos los festejos…
Cabe mencionar que aquí también nacieron las posadas que hoy conocemos, cuando en 1586 los frailes agustinos de Acolman recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar lo que se llamó “misas de aguinaldo”, es decir, las posadas.
No por nada, en el centro del municipio hay una estatua de Fray Diego. Es el responsable de difundir la tradición navideña en este poblado mexicano. Actualmente, la importancia de Acolman es tal, que cada año se lleva a cabo la Feria de la Piñata.
Pero a pesar de su popularidad, muchas personas prefieren comprarlas dentro la ciudad y tan solo cuatro familias son las que en la actualidad se dedican a la elaboración de estas piezas en Acolman.
Por eso, si estás pensando en comprar una piñata ¡Visita Acolman!
Foto destacada: IMER