Peregrinación, entre lo culto y lo tradicional

Cada año en estas fechas los citadinos estamos acostumbrados a ver como la ciudad se llena de peregrinos. Vienen en carros, camionetas e incluso bicis. Todos llevan banderas, estandartes y adornos. Orgullosamente escriben el nombre del pueblo de donde vienen. El viaje es largo y no prestan atención al cansancio. No les importa el clima, ni el tráfico, Sólo quieren llegar a tiempo para celebrar a la Virgen de Guadalupe. Pues su devoción es más grande.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas RIFREM 2017, el 79.8% cree en la Virgen de Guadalupe. Y el59.4% tiene un altar dedicado a ella. Esta encuesta se realiza a 3 mil personas seleccionadas aleatoriamente. En un año, la cifra sólo se redujo un .2 por ciento.Curiosamente el 2017 fue el año que se rompió récord en el número de visitantes. La Basílica recibió 7 millones 280 mil peregrinos, sólo el día 12. Durante todo el año reciben entre 17 a 20 millones de personas. La Basílica es el segundo centro católico más visitado del mundo.

Los peregrinos comienzan su viaje mucho tiempo antes del 12 de diciembre, al menos 2 meses antes. Vienen desde Michoacán, Estado de México, Puebla y Querétaro. Esta travesía es una forma de agradecer a la Virgen por los milagros que les cumplió durante el año. Hay quienes preparan danzas tradicionales de su localidad y gritan porras para ella. Pues al final se trata de una celebración. Claro, algunos prefieren llegar antes para cantarle las mañanitas a la Virgen en el minuto queden las 12.

No hay otro motivo que el agradecimiento y la satisfacción lo que los impulsa a seguir el camino. Y las personas, así como llegan se van. Sólo vienen a acompañar un rato a la Virgen y escuchar misa.

Aunque las peregrinaciones llegan a la Basílica todo el año, este día es el más importante para todos.