Cuando se acerca el Día de Muertos, la mano de león, el cempasúchil y el pan de muerto se vuelven los protagonistas
Si hay una flor, además del cempasúchil, que no puede faltar en la ofrenda, es la mano de león. También llamada cresta de gallo o flor de terciopelo, su color rosa intenso la hace inconfundible.
Cada año, cerca de la temporada del Día de Muertos, la mano de león comienza a aparecer. Casi siempre va de la mano del cempasúchil, y los colores de ambas son los que indican que la fiesta de los difuntos se acerca.
Además de sus apreciadas cualidades de ornato, la mano de león es usada en ciertas regiones como planta curativa. Se dice que ayuda con padecimientos estomacales, la fiebre y algunos padecimientos. Además, se cree que posee cualidades astringentes y antibacteriales. Sin embargo, en estos casos, siempre es mejor consultar con un médico.
la mano de león florece de septiembre a diciembre, quedando perfectamente en tiempo para la temporada de Día de Muertos. En México, Puebla es el estado que mayor producción tiene de ella, pues se cultiva en 16 municipios.
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