Los perros rescatistas han colaborado para la identificación y búsqueda de personas atrapadas en los edificios que se derrumbaron en la Ciudad de México por el sismo del 19 de septiembre. ¡Su entrenamiento ha sido pieza clave para lograr esta labor!
Ocupados con toda la mente y olfato, los perros de búsqueda y rescate entran a trabajar a la zona siniestrada, ataviados con chalecos, lentes especiales e incluso botines que los protegen del humo y polvo.
Considerados como héroes de cuatro patas porque de su labor depende la localización de personas con vida atrapadas o el rescate de cuerpos, estos canes han apoyado en las tareas de rescate en la Ciudad de México y en los estados afectados por los sismos ocurridos en lo que va del mes.
Frida, una labrador de siete años, es la perrita con más experiencia del Equipo de Búsqueda y Rescate (BREC) de la Secretaría de Marina-Armada de México, al participar en medio centenar de rescates y salvar la vida de 52 personas.
Con un año y medio de vida, Evil, un pastor belga malinois es otro de los perros del BREC que cuenta con entrenamiento para rescate y búsqueda de personas, así como detección de narcóticos y explosivos.
Hueso es parte del programa de binomios caninos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que han participado en las labores de rescate, tras el sismo de magnitud 7.1 del 19 de septiembre.
El perro mestizo de color blanco era un can que vivía en los alrededores de la Basílica de Guadalupe, y ahora, junto con Gala, Baco y Cairo, de raza pastor belga malinois; así como Geri, pastor belga groenendael, y Mina, un labrador, colabora en la emergencia en la Ciudad de México.
Perteneciente a la Corporación de Bomberos de Silao, Titán es uno de los canes que ha conquistado el corazón de la sociedad debido a su labor que permitió el rescate de 26 personas y luego de una jornada de 48 horas sufrió un episodio de cansancio extremo.
El destacado trabajo de Nala, una Golden Retriever del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, permitió rescatar a siete personas en la fábrica textil que se desplomó en la colonia Obrera.
Derivado de la emergencia en México por los movimientos telúricos, perros entrenados de otros países como Chile, Colombia, Japón, Argentina, entre otros apoyaron a la ubicación de víctimas en la capital mexicana.