Llegan las tortugas marinas a playas de Michoacán

¡Ya llegaron, ya están aquí! Las tortugas marinas que arriban cada año de manera masiva a las playas de Michoacán. Las costas de este estado se convierten en un enorme santuario de tortugas, listas para su desove y reproducción en diversas temporadas, coincidiendo principalmente en octubre. Los santuarios y campamentos tortugueros de las costas, se encuentran listos y preparados para el cuidado y protección de éstas.

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En este maravilloso espectáculo puedes observar especies como, la tortuga negra, golfinas y laúd. Solo en la playa Ixtapilla se registran 17 mil nidos de tortugas cada año, protegiendo así 16 millones de huevos, logrando la liberación de hasta 10 millones de nuevas tortugas cada año. “Es un privilegio recibir a estas especies que viajan por el Océano Pacífico, para cumplir con su ciclo reproductivo” comentó mediante un comunicado la Secretaría de Turismo de Michoacán.

Los afortunados que logren ver este fenómeno natural, tendrán la oportunidad de observar por lo menos 3 de las 7 especies diferentes de tortugas marinas que habitan en el Pacífico Mexicano. Sabías que la especie laúd, es la tortuga marina más grande del mundo, llegando a pesar hasta 800 kilos y alcanzando un volumen similar al de un auto compacto. Lo más impresionante de este espectáculo, es poder observar a la endémica tortuga negra, la cual solo se puede encontrar en esta parte del planeta.

Foto: @MichoacanTravel

Pero, te has preguntado ¿por qué estas tortugas regresan a la misma playa cada año? Todo esto es debido a que al momento en el que las tortugas nacen, registran y retienen la información del lugar al que provienen, por esta razón, las hembras regresan al mismo punto a desovar al momento que llegan a la edad adulta, a diferencia de los machos, los cuales permanecen en el mar.

Y no te preocupes por el cuidado de esta especie marina, ya que las comunidades indígenas del lugar son quienes manejan los santuarios y se aseguran que las tortugas cumplan con su ciclo natural, protegiéndolas de cualquier depredador. No hay nada que nos de más ternura y felicidad que el arribo de tortugas marinas.