¡Es temporada de Cuetlas!… ¿Pero qué son? Nada más y nada menos que larvas de mariposa. También se les conocen como chiancuetla o tepolchichic que crecen en las plantas de chía, cuaulote, jonote y tlahuilote, especies muy características y abundantes en Centroamérica. Es un platillo típico de la zona Mixteca de Puebla, Veracruz y Guerrero.
Neptuno Viajes
Como es época de lluvias, estas larvas con manchas blancas y negras, abundan en los árboles húmedos pues buscan hojas verdes y frescas para comer. Su captura es todo un ritual porque hay que trepar a los árboles para encontrarlas. Agarrar la mayor cantidad que se pueda y deben escogerse las más grandes, las que miden aproximadamente 10 cm. Curiosamente, los habitantes de estas regiones cuentan que deben capturarse con la mano, de lo contrario, al prepararlos su sabor no será tan agradable.
Tradición familiar
Preparar larvas de mariposa es toda una tradición familiar que se ha conservado hasta el día de hoy desde la época prehispánica gracias a los beneficios que ofrecen, ¡son muy nutritivas! Como todo insecto comestible, las cuetlas son una enorme fuente de vitamina B, hierro, proteína y otros nutrientes fundamentales.
Una vez recolectadas, tienen que exprimirse y lavarse hasta que el agua quede clara; en este punto, su olor a plantas es muy notorio. Después se les revuelve con sal y se ponen a hervir en una olla; para ello, no hay necesidad de agregar agua, ya que las larvas sueltan un poco. Posteriormente, se dejan secar asándolas en el comal, condimentadas en chile pasilla y hasta que queden crujientes, aunque también pueden secarse con el sol. ¡Y listo! Cómelas en tacos o tostadas, solas o con un poco de guacamole; eso sí, hay que quitarles la cabeza. Ya cocinados huelen diferente y el sabor es parecido al de los chapulines.
Te reto a probar este platillo exótico mexicano, reconocido por expertos y paladares aventureros. ¿Te animas?