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Laguna de Metzabok: el refugio del dios de la lluvia

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Cuenta la leyenda que en la laguna de Metzabok, el dios de la lluvia que le dio nombre se ocultó para iniciar su familia

México está lleno de lagunas, ríos, y sitios donde el agua transforma el paisaje en algo mágico. En muchos de ellos han surgido leyendas; ya sea de la época prehispánica o de tiempos más actuales. Sin embargo, mientras que algunas son de suspenso; otras simplemente tienen un mensaje orientado hacia los lazos familiares, el amor y los reencuentros. Una de éstas es la leyenda de la laguna de Metzabok.

Esta laguna se encuentra en Ocosingo, Chiapas. De hecho, la zona donde está es parte de la Selva Lacandona; uno de los sitios más importantes de nuestro país.

La leyenda comienza con el guía espiritual de una región cercana; pues Metzabok, el dios de la lluvia y el trueno para los lacandones, quedó prendado de su esposa.

Con el paso de los días, Metzabok no resistió más; y raptó a la mujer para que pudieran estar juntos. Sin embargo; la madre de la mujer se enfureció cuando se enteró de ello.

Para que nadie los encontrara, Metzabok llevó a la mujer a una laguna solitaria. Pasaron los meses y tuvieron un hijo.

Conforme lo veía crecer; Metzabok pensaba en que necesitaba hallar la manera de reconciliarse con la madre de la mujer; pues estaría sufriendo lejos de su hija. Además, su propio hijo cada vez crecía más rápido y sin conocer a su abuela.

Así, Metzabok decidió visitar a la señora y llevarle algunos regalos; para lo cual requirió la ayuda de su hijo.

Si bien la mujer aceptó agradecida los obsequios; lo que terminó de convencerla fue el ver a su nieto, a quien cubrió de besos y recibió con mucho entusiasmo. Desde entonces, la diferencia entre el dios y la mujer quedó olvidada; y aunque Metzabok y su familia continuaron habitando en la laguna, visitaban seguido a la mujer, para que el niño no extrañase a su abuela.

Foto de portada: iAgua