¿Cuántas veces no hemos ido al centro de la CDMX a comprar cosas, pasear, exposiciones o comer? En alguna de estas ocasiones debiste de haber entrado a la famosa Churrería El Moro, ubicada originalmente en Eje Central Lázaro Cárdenas 42 pero con su fama creciente y con el paso de los años, las calles de la ciudad se han ido llenando del famoso aroma de sus churros con azúcar y canela. Este negocio tradicional y familiar tiene un éxito rotundo entre los visitantes y nativos de la ciudad, en Más México te contamos la historia detrás de la tradicional Churrería El Moro.
Churrería por excelencia desde 1935
Francisco Iriarte llegó desde un pueblo llamado Elizondo en el valle del Baztán, España a México, sin saber que marcaría la historia de los churros al fundar en 1935 su negocio llamada “El Moro”, en honor a las fiestas de los pueblos de su país, donde un árabe, conocido como “El Moro”, vendía churros de pueblo en pueblo en un carrito ambulante. El inicio del negocio se dio desde una bicicleta ya que en 1933 se instaló en el Zócalo de la ciudad, sin embargo, fue tan grande su éxito que solamente le tomaron dos años para que la popularidad le permitiera adquirir el local con número 42 en San Juan de Letrán. Iriarte murió muy joven, por lo que el negocio familiar pasó a mano de sus hermanos José, Santiago e Ignacio, quienes llegaron de España a nuestro país y con los años ha ido pasando a las siguientes generaciones.
Los pasillos de la Churrería han visto pasear a personajes como Cantinflas y Resortes, Carlos Fuentes, Octavio Paz y Jacobo Zabludovsky, además de miles de mexicanos y turistas que llegan por las recomendaciones de este delicioso lugar.
83 años después…
Con el paso de los años, el negocio ya no mantiene la decoración original ya que no solamente se ha visto expuesta a tres grandes incendios sino que también los dueños han buscado darle un toque de modernidad pero respetando la tradición del negocio. Además, el local del centro ya no es la única sucursal, actualmente hay cinco sucursales localizadas en La Condesa, Álvaro Obregón, Cuauhtémoc, Polanco y Mercado Roma, además de su sucursal en el Palacio de Hierro Perisur que fue recientemente anunciada.
Su menú sigue siendo sencillo con los cuatro tipos de chocolate: a la mexicana (ligero, dulce y con un toque de vainilla), a la francesa (semiamargo), a la española (dulce y espeso) y a la suiza (semiamargo y con crema chantilly en la parte de arriba) los cuales se acompañan con cuatro churros de azúcar y canela. Además, algo que le da el toque perfecto a la receta es que la leche que utilizan para el chocolate la traen diariamente de un establo, dándole un toque diferente a los chocolates que venden en los locales aledaños.
Pero si lo tuyo es probar las cosas nuevas, aprovecha y prueba los sándwiches de churro con helado de vainilla, fresa, chocolate o menta, ya sea en miniatura o de tamaño regular o una orden de moritos con cajeta, mermelada de fresa o lechera. También puedes comer una rica torta de pierna con mole antes del postre y no te arrepentirás. Actualmente El Moro recibe a cerca 500 personas diarias a comer churros para deleitarse con el chocolate a la francesa acompañado de cuatro churros.
¿Cuál es la ventaja de la sucursal original por sobre las demás? Que abre los 365 días del año a cualquier hora del día. Así que ya sabes, si antojo de churros y chocolate tienes, La churrería El Moro debes visitar.