Cuando piensas en Querétaro lo primero que viene a tu mente son Los Arcos representativos de la ciudad, sede del inicio de la Carrera Panamericana de automovilismo y una de las obras más importantes del siglo XVIII, pero ¿sabes cuál fue el motivo principal de su construcción? El amor que existió entre un marqués y una monja capuchina.
El acueducto de Querétaro
Cuenta la leyenda que el acueducto de Querétaro fue resultado de la historia de amor entre el marqués de la Villa del Villar del Águila: Don José de Urrutia con Sor Marcela, monja que se negó a renunciar a sus hábitos por ese amor, además de ser sobrina de la esposa del marqués. El marqués llegó a la ciudad de Querétaro ya que era el centro económico, político y cultural de la región.
Del amor a un solo deseo
Sor Marcela fue fiel a sus votos y pidió al Marqués que no conservaran su amor a cambio de un solo deseo: la construcción de un canal que llevara agua limpia a la ciudad ya que en ese entonces la situación del agua en la ciudad era crítica y esto ocasionaba enfermedades, hambruna y muerte debido a la contaminación del agua por los deshechos de las obras de las telas.
La fuente del marqués
La forma en la que se construyó el canal fue a través de un acueducto con fuentes que llevaran agua a distintos puntos de la ciudad. Una de las fuentes construidas fue en honor a Don José Antonio de Urrutia donde hay cuatro perros bebiendo agua a su alrededor. Este acueducto tiene un total de 74 arcos de 23 metros y con una longitud de 1280 metros.
¿Ya conocías esta historia de amor?