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Jesús Velasco, bolero mexicano: este sillón se lo regaló Cantinflas a mi tío

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Yo llevo relativamente poco boleando zapatos, masomenos como 16 años, antes me dedicaba al mantenimiento. Plomería, carpintería, lo que cayera. Y antes de eso en Mcdonalds, cuando recién llegaron a México, primero estuve en perisur y luego en polanco, el que está sobre periférico, es una sucursal muy grande.

El que inició este negocio fue mi tío, se llamaba José Hernández, él estuvo en esta esquina 65 años, y traía su cajoncito, este sillón que tengo fue un regalo de Don Mario Moreno “Cantinflas”. Decía que un día pasó y se boleó con él y desde ese entonces venía con regularidad. De hecho el sillón se lo regaló porque se sentía incómodo porque la gente que pasaba se le quedaba viendo y lo reconocían.

Y un buen día, aquí en la esquina llegó una camioneta, y 4 hombres bajaron este carrito, si se fijan bien fue hecho a la medida, tiene los soportes de los pies de cobre, es de los únicos aquí por la condesa que los tiene hechos de ese material. Y un riel para que no te lastimes la espalda cuando boleas, se desliza fácilmente.

El negocio ha estado flojo estos días, regularmente boleo entre 20 y 21 zapatos al día, y ahorita estoy bolenando nada más 7. Los precios de las botas largas es 40 pesos y de los zapatos es de 20 pesos. Los que más se bolean son los oficinistas, pero la verdad es que ya en las oficinas ya no se les pide ir de traje, hasta en eso hemos cambiado.

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Ahora los chavos van de tenis con pantalón de vaquero a trabajar, además de sus “dibujitos” por todos lados. Y las perforaciones, ya nadie les dice nada. Antes la gente se sentaba a platicar un rato aquí, yo siempre compro periódico para ofrecerles a los clientes, pero ahora llegan se sientan y nada más se la pasan viendo su celular.

La gente y la vida han cambiado, antes había una señora aquí cerca que tenía su negocio de papelería, vendía esas estampitas de Miguel Hidalgo, y poco a poco dejó de vender. Y prefirió cerrar, ya nada es como antes…

A nosotros gracias a Dios nos apoya un sindicato, por eso seguimos aquí trabajando sin que nos pidan dinero, o nos multen. Yo he sido afortunado, heredé este negocio y he tenido la oportunidad de conocer a personas interesantes, artistas también, como: Lorena Herrera y Maribel Guardia.

Ojalá que las tradiciones no se pierdan, que la gente conozca un poco más sobre el oficio de los boleros… ¡Esto es México!