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El pambazo llenador, un antojito con mucho sabor

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No es una torta, ni un pan en un vaso… ¡es un exquisito pambazo! Este rico antojito mexicano que a muchos nos encanta es todo un clásico. Pero… ¿qué más sabes de él?

Como es muy versátil, el relleno puede ser con diversos ingredientes. El pan que se utiliza es especial, no es ni bolillo ni telera (aunque sí es parecido), la diferencia es que es liso y totalmente blanco porque está enharinado; después se baña en salsa roja, hecha a base de chile guajillo y/o ancho.

Los pambazos son más comunes en la zona central de México, aunque también los hay en Veracruz y otros estados.

En cuanto a su origen, una versión dice que fue en Xalapa, Veracruz, creado para homenajear a la Emperatriz Carlota, esposa de Maximiliano de Habsburgo.

Otra versión se remonta a la época del virreinato, cuando se empezó a producir el “pan basso”, que significa “pan bajo” y era el “pan para los pobres”, esto se debe a que, como carecía de refinación, era mucho más económico.

Otros dicen que es originario de la Ciudad de México. Es tan popular, ¡que luego ya ni alcanzas en los puestos de antojitos! Siempre se acaban muy rápido porque son llenadores y baratos, además de deliciosos. Los ingredientes tradicionales que lleva son papas, chorizo y lechuga; el pan se remoja en la salsa de guajillo y luego se fríen en un comal con aceite. Van acompañados de salsa, crema y queso rallado.

Claro que hay variaciones de acuerdo a estado o región.

Por ejemplo, en Veracruz se rellenan de frijol, jamón, pollo deshebrado, chorizo, lechuga, cebolla; por lo general, se vuelven a llenar de harina para que queden muy blancos y no siempre se bañan en la salsa roja. El pan es un poco más redondo, a diferencia del de la ciudad, donde es un poco más alargado.

En Puebla, pueden rellenarse de carne molida de res, aguacate, cebolla, lechuga y solo se baña la mitad del pan con la salsa.

Como habíamos dicho, por su versatilidad, pueden prepararse pambazos con diferentes ingredientes, pulpo a las brasas, cochinita pibil, mole, o algún otro ingrediente dulce o salado… lo importante es que tenga suficiente relleno. Eso sí, el pan no debe quedar aguado, sino crujiente; mientras que la salsa puede picar o no, ya depende del gusto de cada quien.

Lo mejor de esta delicia mexicana es que puede comerse a cualquier hora del día, en el desayuno, la comida o incluso en la cena. ¡A chuparse los dedos!