El 29 de septiembre de 1900 se inauguró la Penitenciaria de Lecumberri. Este lugar actualmente es el Archivo General de la Nación y podemos encontrar documentos importantísimos para la historia de nuestro país. Desde las diferentes constituciones que ha tenido y documentos gubernamentales, hasta fotografías y textos de diferentes acontecimientos. Pero, además de resguardar estos valiosos papeles, oculta historias escalofriantes y un pasado muy oscuro. Esto le dio el famoso mote de El Palacio Negro.
Lecumberri en la historia negra
La historia de la Penitenciaría comenzó en 1885, durante el gobierno de Porfirio Díaz. El mandatario quiso que la construcción fuera imponente para que el mundo viera de lo que México era capaz de hacer. El territorio ubicado en Eduardo Molina 113, en la entonces delegación Venustiano Carranza, sería el lugar perfecto por su extensión. El dueño del terreno era de origen español y llevaba el apellido Lecumberri, de ahí su nombre.
La arquitectura se basó en el diseño panóptico propuesto por el filósofo Jeremy Bentham. Permitía a los vigilantes observar a los reos desde el centro, al estilo del Gran hermano, inmortalizado por George Orwell. Esto se hizo con el propósito de que sintieran un miedo constante y cuidaran su comportamiento, porque sabían que estaban siendo observados todo el tiempo.
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Otro suceso trágico ocurrió en 1968, durante el movimiento estudiantil del 2 de octubre. Muchos de los detenidos fueron trasladados a este lugar en donde les hicieron cosas terribles. Las celdas estaban a lo largo de siete crujías, donde clasificaban a los presos conforme al delito que habían cometido. También había una celda de castigo en la que no entraba luz, ni aire. Además recibían poca comida, no tenían servicios y los dejaban a su suerte días enteros.
A esta celda se le conocía como Apando e inspiró a José Revueltas para escribir un libro con el mismo nombre, el cual daría lugar a una película dirigida por Felipe Cazals en 1976, para contar la infernal experiencia.
El lamento de los mártires
La cárcel tenía capacidad para poco más de 800 internos, ente hombres, mujeres y menores de edad. Una vez que se construyó la cárcel de mujeres en 1945, Lecumberri fue sólo para hombres. Sin embargo, hubo un momento en el que en una misma celda ¡encerraban a 20 personas! Ya no había espacio y la sobrepoblación provocó que las condiciones de vida fueran terribles, por lo que en 1976 se clausuró… pero los lamentos continuaron.
Se hicieron remodelaciones y fue hasta 1982 cuando se convirtió en el Archivo General de la Nación. Las celdas ahora encierran los documentos más importantes que narran la historia de México. Lo cierto es que la sensación de que alguien te vigila permanece.
Hoy cumple 118 años y los trabajadores que han estado entre sus paredes cuentan que noche y día pueden escucharse ruidos, lamentos y gritos de los presos cuando eran torturados dentro del Palacio Negro. Y eso no es todo, las personas que han ido para consultar documentos han sentido que alguien los ve, pero cuando voltean, ¡no hay nadie!
Una de las leyendas más contadas es la de Don Jacinto, quien se le apareció a uno de los trabajadores y le preguntaba entristecido por su esposa. El empleado, intrigado por el fantasma, se puso a investigar y encontró que el nombre del preso era Jacinto y que entró a la cárcel por una ‘mala jugada’ por parte de su mujer y su amante. Sin embargo, el alma de Jacinto seguía con la esperanza de que ella lo visitara algún día.
También está la historia del ‘prisionero ahorcado’. Era un hombre que se suicidó en un momento de distracción de los guardias tras ser condenado por un crimen que decía no haber cometido. Tomó las sábanas de su cama y se colgó de los barrotes. Algunos cuentan que su espíritu se aparece en ciertas fechas.
Famosos encarcelados en Lecumberri
Conoce esta cárcel legendaria, escenario de la película Nosotros los Pobres, con Pedro Infante en 1949. Entre sus muros perfilaron personajes como Pancho Villa, José Revueltas y David Alfaro Siqueiros (quien dejó un mural en el lugar). También estuvo el cantautor Juan Gabriel, acusado de robo.
Ahora que sabes algunos de los misterios que encierra esta antigua cárcel ¿te atreverías a entrar?