El Jardín Hidalgo, en Coyoacán, es un sitio en donde la cultura, la historia y la naturaleza se encuentran
En la Ciudad de México existen muchos sitios donde la cultura y la historia son protagonistas. Lo mismo sucede con lugares en donde la naturaleza deja de ser parte del entorno y se vuelve algo que no puedes dejar de observar. Y por supuesto, algunos rincones cuentan con la combinación de ambas cosas. Esto es lo que sucede en el Jardín Hidalgo; que por su ubicación se halla empapado de historia, a la vez que lleno del característico verde de la naturaleza.
Lo más conocido de este lugar es el kiosco, que fue donado en 1900 por Porfirio Díaz. Su intención, al igual que la de la mayoría de los monumentos, edificios y piezas arquitectónicas de esa década, era conmemorar en grande el centenario de la Independencia. Por supuesto, el kiosco es de estilo francés. Tiene una cúpula formada por 16 vitrales y coronada por un águila de bronce. Además, sus piezas de hierro son desmontables, por lo que se pueden reacomodar. Es uno de los puntos de reunión más conocidos de Coyoacán.
Desde luego, no podía faltar la estatua de quien le dio nombre al jardín. Miguel Hidalgo permanece con un brazo levantado frente a la Iglesia de San Juan Bautista, observando la plaza desde sus 3 metros de altura. Elaborada por el escultor mexicano Luis Arias en el año de 1980; la creación pesa alrededor de 700 kilos.
Las oficinas delegacionales fueron en algún momento la llamada Casa de Cortés; lugar en donde se estableció el primer ayuntamiento tras la conquista. Aunque no existe nada que documente o compruebe que Cortés haya vivido allí; el nombre permaneció. Cada 15 de septiembre, este lugar acondiciona su balcón para que los visitantes y los locales puedan dar el grito.
Otro sitio que llama la atención de visitantes nacionales y extranjeros, es la zona norte del Jardín Hidalgo. Allí, entre los árboles, se encuentra un ahuehuete que, se asegura, es un retoño del famoso Árbol del Tule, que se encuentra en Oaxaca. Además, se cree que en esta zona algunos de los ahuehuetes alcanzan hasta los 700 años de edad.
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Foto de portada: Pueblos Mágicos de México