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El fantasma de Mixcoac: leyendas de la historia de México

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Cuenta la leyenda que el fantasma de Mixcoac es una de las personas más importantes en la historia de nuestro país

La historia de nuestro país se halla repleta de infinidad de historias que se convirtieron en leyendas. Aunque resulta casi imposible enumerarlas, las más populares se transmitieron de generación en generación hasta hoy. Muchas de ellas tienen que ver con fechas importantes, lugares históricos o hasta personas específicas. Una de ellas es la leyenda de Valentín Gómez Farías: el fantasma de Mixcoac.

Conocido en nuestra historia como el Padre de la reforma, Gómez Farías promovió gran cantidad de leyes e iniciativas que otorgaban libertad al pueblo. Ayudó a establecer la separación entre Iglesia y estado; y clausuró la Real y Pontificia Universidad de México. En resumen, su tarea principal fue la de lograr un Estado laico.

De hecho, sus iniciativas iban mucho más allá. Aunque nadie lo sabe con certeza, se dice que su esposa tenía prohibido profesar su Fe católica. Al ser esta herencia de la conquista, Gómez deseaba separar su familia y su vida cotidiana de todo lo que se relacionara. De hecho, llegó al extremo de pedirle a su hija que, cuando él falleciera, lo sepultaran en el patio de su casa sin ningún ritual religioso. Como los vecinos de los alrededores conocían su aversión por estos temas, la Iglesia le hizo saber a su hija que efectivamente, no proveerían servicios funerarios. Y es aquí donde comienza la leyenda.

El fantasma de Mixcoac sigue rondando el lugar en el que vivió

Su casa, que hoy en día es el Instituto Mora, se hallaba en el barrio de San Juan, en Mixcoac. Tras negarle una sepultura en toda regla, la Iglesia lo acusó de blasfemia y lo maldijo en este mismo sitio. Por ello, su hija, haciendo caso a sus últimos deseos, lo sepultó en el jardín como había pedido.

Sin embargo, a los pocos días los vecinos comenzaron a notar que Gómez Farías no se había ido. Por las noches, su fantasma comenzó a rondar la Plaza que hoy lleva su nombre, cerca de donde se hallaba su vivienda.

Aunque en 1933 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres, se dice que el fantasma permanece en Mixcoac. De hecho, hay quienes aseguran que mientras Gómez Farías permanece en su casa, cada noche en la Rotonda donde fue sepultado se escucha a una mujer, probablemente su esposa, rogando por su descanso.

Foto de portada: Instituto Mora, El Economista