Dan talleres para prevenir trata de personas en escuelas de Tlaxcala

Tlaxcala es tristemente célebre por ser un estado con altos índices en cuanto al delito de trata de personas. Escalofriantes son las historias en las que se narra cómo familias completas se dedican a ejercer este delito.

Durante los últimos 20 años, los municipios del sur de Tlaxcala ocupan los primeros lugares en el delito de trata de personas en nuestro país. De acuerdo con cifras de la ONU (2018), México forma parte de los 25 países en los que más ocurre este delito. El corredor Tlaxcala-Puebla es uno de los puntos rojos.

Para prevenir la proliferación de este ilícito, organizaciones de derechos humanos como el Centro Fray Julián Garcés, han tomado cartas en el asunto. Desde 2014, han impartido talleres que buscan combatir la normalización de la explotación sexual y la violencia de género.

De acuerdo con una investigación de la Fundación Thompson Reuters, cuando se le pregunta a los niños qué quieren ser de grandes, algunos responden: “yo quiero ser tratante como mi abuelo”.

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Talleres que desenmascaran la realidad

Los talleres buscan, con actividades lúdicas como el Juego de la Oca, inculcar que la trata de personas no es algo correcto. Sentencias como “las relaciones sexuales nunca deben ser impuestas”, hacen eco en las conciencias de los pequeños. Mismos que al momento lanzan preguntas como: “¿Las mujeres tienen derecho de decidir sobre su cuerpo?”.

Los talleristas señalan que una de las formas en la que los talleres pueden tener más impacto, es si los alumnos mayores les imparten las lecciones a los menores. Sin embargo, todos los esfuerzos no son suficientes, porque aún hace falta que se implementen acciones a gran escala.

Las personas que son víctimas de este delito son de ambos sexos. En el caso de los hombres, pueden ser forzados a trabajar para organizaciones criminales. En el caso de las mujeres, pueden ser vendidas para realizar trabajo doméstico en condición de esclavitud. Además, son sometidas a toda clase de explotación sexual.

Diversas organizaciones no gubernamentales, como el Centro Fray Julián Garcés, señalan la gravedad del delito en Tlaxcala. Aún así, el problema parece no hacer eco a nivel estatal. De hecho, sólo se abrieron tres investigaciones para perseguir este ilícito durante todo el 2019.

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