En el sur de México, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, hay hombres, mujeres… y los llamados muxes. ¿Los conoces?
Desde la época prehispánica, los muxes son personajes muy importantes para la cultura zapoteca. Son parte de la identidad étnica. Y desde ahí se entiende lo que son. Podría decirse que un muxe es una persona que nace hombre. Pero tiene actitudes más femeninas.
En cuanto a la vestimenta, usan diferentes estilos, unos usan los trajes bordados característicos de Frida Kahlo. Algunos no se ponen nada en especial, mientras que otros prefieren usar ropa más llamativa. Además, se ponen maquillaje y esmalte de uñas.
Es muy importante saber que el concepto de muxe sólo existe en este lugar. En esta región son muy respetados y “visibles”. Pues más que una perspectiva de orientación sexual, ellos se miran desde el papel social que desempeñan. Esto se debe a que las familias consideran que tener un hijo muxe es algo muy bueno. Pues ellos se encargan de cuidar a los padres cuando envejecen.
Los muxes apoyan con las tareas de casa, ayudan a las mamás y cuidan a los hermanos pequeños. No se casan. No se les permite porque no podrían cuidar a sus padres. También se dedican a la elaboración de artesanías y las venden en el mercado. Algunos tienen otros oficios u ocupaciones. Pues ser muxe no significa que no tengan oportunidades de crecimiento. Inclusive, cada vez son más quienes recibiendo educación superior.
Ser muxe no es lo mismo que ser homosexual, ya que han existido casos de personas heterosexuales, bisexuales o asexuales que son muxes. No depende de la orientación sexual sino de la función social.
En noviembre se lleva a cabo la Vela de las Intrépidas, una celebración de los muxes que tienen lugar en Juchitán de Zaragoza. Una pequeña localidad del Istmo de Tehuantepec. Todos los muxes se organizan para la gran celebración que inicia con una misa y termina con una fiesta.
El trato de los muxes en la cultura zapoteca nos recuerda la importancia del respeto a la dignidad humana y a la no discriminación.