Oaxaca tiene dos de los tesoros culturales y arquitectónicos más bellos y reconocidos a nivel mundial. Por eso y más, en el año de 1987, el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca y la zona arqueológica de Monte Albán son considerados como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
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Centro histórico de la ciudad de Oaxaca
Anteriormente solía ser llamada Antequera. Es muestra clara del urbanismo de la Nueva España. Se fundó en 1529 por mandato del rey Carlos V.
Alonso García Bravo, soldado y conquistador español fue elegido para el diseño de la urbe. Tomó como referencia el trazado en forma de tablero de ajedrez y bloques cuadrados de la Ciudad de México. Se estableció una plaza central con cuatro portales a los costados. A sus alrededores se concentraron las sedes de los poderes económicos, políticos y religiosos, al estilo de la entonces Nueva España.
La construcción de sus edificios es exquisita y muy representativa. Las de corte religioso se conservan intactas hasta el día de hoy. Aún se mantiene el simbolismo, arte e historia de la cultura mestiza de la época colonial. La arquitectura de épocas posteriores le suma importante valor a esta ciudad. En 1872 fue nombrada Oaxaca de Juárez, por ser el lugar de nacimiento del llamado Benemérito de la Américas.
Monte Albán
Monte Albán es el centro ceremonial más importante del Valle de Oaxaca. A lo largo de quince siglos fue habitada por pueblos olmecas, zapotecas y mixtecos. Lo que ahora es zona arqueológica, en la antigüedad fue de las ciudades más importantes de Mesoamérica.
La llamada ‘Gran capital zapoteca’ floreció durante trece siglos, desde el 500 a.C. hasta el 850 d.C. Durante más de un milenio ejerció una influencia considerable en toda el área cultural de Oaxaca, que a su vez adoptó de los teotihuacanos, aztecas y mayas.
En el momento de mayor desarrollo, Monte Albán tuvo cerca de 35,000 habitantes. Se fundó sobre una montaña, así que tuvieron que adaptarse. Muestra de ello es su notable diseño arquitectónico con sus magníficos templos, terrazas, presas, canales, pirámides y montículos artificiales, que fueron literalmente tallados de la montaña. Tenían otros recintos de igual importancia como sus canchas para el juego de pelota y las tumbas peculiares de la zona.
Monte Albán representa una civilización pluriétnica, de gran conocimiento, con tradiciones bien cimentadas y expresiones artísticas características. Hoy en día la zona arqueológica está protegida por el INAH y se encuentra abierta al público de lunes a domingo.