La cemita, como muchas otras recetas; es el resultado de la fusión gastronómica de diferentes lugares
La comida mexicana es excepcional; al grado de ser conocida mundialmente como de las más deliciosas. Es tan popular; que muchos países de Latinoamérica y del mundo han recreado algunas recetas. Este es el caso de la cemita poblana.
Durante la colonia; había dos panes que se entregaban como tributo a la corona. Uno era el bizcocho de sal; el otro, los panecillos huecos. Éstos últimos eran similares al pambazo, que fue introducido durante la intervención francesa. De la combinación de los tres se creo la cemita.
Como seguro ya te imaginaste; la cemita consiste en un pan que se corta tal como el bolillo o la hamburguesa, para ser rellenado con diversos ingredientes. Los más comunes son milanesa, aguacate, quesillo, pápalo, cebolla, aceite de oliva y chile chipotle o rajas. En ocasiones la milanesa puede cambiarse por pollo, salchicha de cerdo, o jamón.
Por supuesto, cada lugar le pone su toque. En Michoacán, el pan de la cemita no lleva ajonjolí, y se le añade piloncillo. Y en Argentina; así como en muchos otros países latinoamericanos, la cemita generalmente es más dulce.
Sin embargo, se cree que la de Puebla fue la primera y por tanto; México sería la cuna de esta preparación tan peculiar. En todos los estados puedes encontrar diferentes negocios que las preparan listas para disfrutarlas. ¿Las has probado?
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