Considerada de las mejores obras de Carlos Fuentes; Aura es una novela llena de sorpresas
El México de 1962 sin duda dista mucho de la CDMX actual. Sin embargo, no es difícil olvidarse de eso una vez empieces a leer Aura.
Escrita por Carlos Fuentes, al principio esta novela no parece nada que vaya mas allá de una historia de amor. Sin embargo, poco a poco iremos descubriendo detalles del ambiente de la ciudad en los sesenta. Y más adelante, diversos misterios que envuelven, sin que se de cuenta, al personaje principal.
Esta historia narra un episodio de la vida de Felipe Montero. Tras encontrar un anuncio en el periódico donde se busca a alguien que domine el francés; Montero se presenta en la calle de Donceles. Allí, la señora Consuelo, la dueña de la casa; le encomendará la tarea de terminar las memorias de su difunto marido, un general.
Como única condición para contratarlo, la señora Consuelo le pedirá que se mude a la casa mientras trabaja en las memorias. Felipe lo considera por el buen sueldo que le ofrecerán; pero no se decide hasta que Aura sale a escena.
La joven es presentada como la sobrina de la señora Consuelo y también vive en la casa de Donceles. Así, Montero acepta vivir allí, a pesar de que la viuda mantiene la casa completamente a oscuras: y poco a poco se da cuenta de que se está enamorando de Aura.
El problema inicia cuando nota pequeños detalles en el comportamiento de la chica. La señora, ya una anciana, parece ejercer demasiado control sobre su sobrina, a quien Montero le propone escapar, y liberarla. Es entonces cuando el misterio se desvela.
Carlos Fuentes, aunque nació en Panamá, fue hijo de padres mexicanos y pasaba sus vacaciones en la Ciudad de México hasta los dieciséis; año en el que se quedó a vivir en el país. Aunque viajaba constantemente, siempre volvía a México, y en 1972 se unió al Colegio Nacional. Esta institución, fundada en 1943, tenía como objetivo agrupar a los mexicanos más destacados de distintas áreas para darlos a conocer. Fuentes fue miembro del área de literatura hasta su muerte, en el 2012.
Como él, a lo largo del tiempo han existido muchos otros autores que han enaltecido la literatura mexicana. A su vez, grandes creadores de otras áreas como la música y el cine se han encargado de recordarle al mundo que México todavía tiene muchísimas historias que contar.