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Aída: la mascota de Adamo Boari entre las esculturas de Bellas Artes

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Adamo Boari, el arquitecto del Palacio de Bellas Artes, tuvo una perrita llamada Aída; cuya representación puede verse aún en la fachada del recinto

El amor por nuestras mascotas no conoce de épocas, espacios o planes. Esta es la razón por la que Adamo Boari; el arquitecto del Palacio de Bellas Artes según el plan original, se aseguró de que su perrita Aída siempre fuera recordada. Así, el día de hoy, a más de 100 años de que se iniciaran los trabajos de este lugar, su historia puede seguir contándose.

Adamo Boari fue un arquitecto e ingeniero civil italiano; nacido en Ferrara, Italia en 1863. A pesar de haber sido un gran arquitecto en varios países; sus obras más conocidas son las que realizó en territorio mexicano. Además del Palacio de Bellas Artes; trabajó en lo que hoy es el Palacio de Correos, el Templo Expiatorio de Guadalajara y hasta en su propia vivienda en la Ciudad de México. Vivió en nuestro país de 1903 hasta 1916, cuando tuvo que volver a Italia.

Durante estos años en México; Boari tuvo una perrita llamada Aída. Cual buen dueño cariñoso, se ocupaba de mantenerla ejercitada; y era común que la llevara a las construcciones para que le hiciera compañía.

Rápidamente, Aída se ganó el cariño del equipo de Boari; quien le dedicó a Bellas Artes muchísimo más tiempo del que se tenía proyectado. Los cinco años que él consideró que tardaría la obra en concretarse, se convirtieron en 30 debido a un desajuste de presupuesto y al estallido de la Revolución Mexicana en 1910.

El proyecto fue iniciado en 1904; sin embargo, Adamo Boari volvió a Italia en 1916. Durante este lapso; el arquitecto perdió a su queridísima Aída.

No hay datos sobre la razón; aunque se cree que fue sencillamente la edad lo que se llevó a Aída de este mundo. Sin embargo, Boari quiso inmortalizarla en la fachada del Palacio; pues Aída ya formaba prácticamente parte del equipo. Así, el escultor Fiorenzo Gianetti fue quien se encargó de congelar en el tiempo la representación de Aída, que puede percibirse aún hoy en la fachada del Palacio de Bellas Artes, del lado derecho, entre todas las demás esculturas que lo adornan.