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Agustín Lara, un compositor controvertido

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Agustín Lara Aguirre y Pino fue un compositor mexicano nacido en Tlacotalpán Veracruz en el año de 1897, sus canciones forman parte de la cultura mexicana y todos en algún momento de nuestra vida hemos escuchado alguna pieza musical del llamado “flaco de oro”.

De formación autodidacta este compositor y cantante mexicano rebasó las fronteras del país y fue un gran exponente en Europa en donde todavía le reconocen su talento.

Lara fue uno de los primeros musicalizadores del cine mexicano cuando este daba sus primeros pasos en la sonorización, suya es la partitura de Santa, película famosa en 1932 por tratarse de la primera en tener el sonido perfectamente sincronizado a la imagen.

Cuando tenía quince años Agustín Lara probó suerte en el Colegio Militar, pero ahí se dio cuenta que lo suyo no eran las armas y decidió abandonar esos estudios para dedicarse de lleno a la música en donde en un futuro ganaría un gran nombre.

Su paso por el mundo del espectáculo comenzó allá por 1920, el “Flaco de Oro” comenzó a tocar el piano en bares, restaurantes y en salas de cine mudo, además tocaba la música de grandes estrellas, entre ellas Toña la Negra.

El inicio de la fama de Agustín Lara

1932 fue el inicio de una prolífica carrera, Agustín Lara comenzó en ese año una gira que le daría fama internacional, en París tocó “farolito” y en la capital del amor la tomaron como la música de moda; Chile y Perú también fueron testigos del gran talento del compositor mexicano, talento que lo catapultó hacia Hollywood en donde lo contrataron para musicalizar películas.

Agustín no se acomodó en el ambiente frívolo, así lo llamó él, de Hollywood y terminó por regresar a México para crear piezas inolvidables para el celuloide mexicano, entre ellas destacan: México Lindo, Carne de Cabaret, Virgen de medianoche, Pervertida, Noche de ronda, Humo en los ojos, Señora tentación, Cortesana y Aventurera.

Agustín Lara estuvo acompañado de mucha fama pero también de controversia, ya que sus detractores le llamaron “el sepulturero de la canción mexicana” por que consideraban que algunas de sus canciones eran un escándalo para la entonces muy estricta sociedad mexicana; entre las canciones polémicas de Lara sobresalen: Señora tentación, Te quiero, Cada noche un amor o Humo en los ojos.

Una polémica más se le sumó al “Flaco” cuando en 1937 fue acusado de plagio por Luis Moreno y Music Publishing Co. por intentar registrar ante el Departamento de Registro de la Propiedad Literaria la canción Quisiera Decirte.

La muerte del “Flaco de Oro”

A partir de 1968 inicia una rápida decadencia que lo llevaría hasta el final de su vida, incluso tuvo una caída en su casa, accidente que le causó la fractura de la pelvis, lo que agravó su salud dada su edad avanzada. Entró en coma el 3 de noviembre de 1970 por derrame cerebral, murió el 6 de noviembre de 1970 y por orden presidencial fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón de Dolores en la Ciudad de México.