- El documental de la realizadora mexicana Mónica Álvarez Franco recibió un certificado ambiental por parte de las Naciones Unidas
- La producción de este filme ecológico se llevó a cabo con los mismos criterios de sustentabilidad que promueven sus protagonistas
A partir del 16 de febrero los cinéfilos podrán disfrutar de Bosque de niebla (2017), ópera prima de la realizadora mexicana Mónica Álvarez Franco, quien aborda el intento de una comunidad veracruzana por rescatar el bosque mesófilo. Los habitantes de la región buscan una vida sencilla y sustentable; para lograrlo implementan los conocimientos de la naturaleza a un nuevo estilo de vida, rediseñando su propia cultura desde la alimentación, la educación y otras necesidades.
Bosque de niebla es el primer filme mexicano en compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero, generadas en todas las actividades del ser humano. Para esto, el Protocolo de Kioto en 1997 impulsó el mecanismo de compensación de emisiones de gases de efecto invernadero en el marco de las Naciones Unidas.
El mecanismo se compone de dos actores: los proyectos ambientales (certificados por estándares internacionales) que capturan el carbono y lo convierten, por ejemplo, en electricidad; y quienes compensan sus emisiones comprando bonos de carbono. Un bono de carbono equivale a una tonelada de gases que fue reducido de la atmósfera.
Siguiendo este espíritu, Bosque de niebla midió su huella de carbono y logró, a lo largo de su rodaje, emitir únicamente diez toneladas de gases de efecto invernadero. Para compensar el impacto ambiental, adquirió diez bonos de carbono provenientes del relleno sanitario El Verde, ubicado en León, Guanajuato.
Conscientes de que el cambio climático es un problema de todos, los integrantes del documental asumieron su responsabilidad con el medio ambiente. Durante el rodaje se utilizó únicamente luz solar, las pilas de la cámara se cargaban con paneles solares y no hubo iluminación artificial; nunca se usó gas butano durante la filmación (se usó estufa de leña para calentar la comida y calentador de leña para el agua); y finalmente, en las locaciones de la comunidad protagonista no se utilizaba auto.
Por estas acciones, recibieron el Certificado de Cancelación Voluntaria por parte de la ONU. Este certificado se otorga a quienes compensan sus emisiones comprando bonos, los cuales no pueden ser revendidos ni traspasados, y una vez retirados del sistema, pertenecen a Bosque de niebla.
Álvarez Franco estudió medios audiovisuales en México y una maestría de documental creativo en Madrid, España. Fue parte la organización del Festival Internacional de Cine en Guadalajara y llevó a cabo el DocsForum, espacio formativo de DOCSDF. Sus anteriores trabajos como directora fueron los cortometrajes documentales: Philipe, un músico de la calle (2006), Match (2007), Auto construye (2009), Paréntesis (2011) y Venus y Arturo (2011).